Despertamos llenos de picaduras, y nuestro diminuto cuarto al final no había estado tan mal, nos había ayudado a sobrellevar el horrible frío.
Las mañanas siempre son preocupadas, en especial en esos campamentos de una noche que aprovechas para hablar, pintar caras o contar historias de miedo, pero nunca para dormir.
Nos despertamos, como siempre, después de que los respons amenazaran con rodar sobre nosotros. Recogimos entre risas y tonterías de las nuestras. Ayudamos a los nuevos rangers que guardaban su saco por primera vez. Las respuestas que dábamos solían ser: A presión! Empuja que eso tiene que entrar!
Después fueron llegando los padres, como siempre, hicimos equipos evitando que los amigos cayéramos en el mismo, y nos dieron breves explicaciones de una típica gymkana de las nuestras. Cantamos algunas canciones mientras los responsables con pruebas se dispersaban y empezó el juego.
Las pruebas tenían tanto sentido como siempre. Vamos, ninguno. Los castores y lobatos eran los protagonistas que siempre salían voluntarios sin saber que tenían que hacer cosas como meter la cara en harina o aguantar sin reírse 10 minutos con un boli a modo de bigote.
Tampoco faltaban las pruebas clásicas como los duelos de canciones, el escondite al revés o el pañuelito cruzado.
Después de servir los platos que habían traído los padres, volvimos a nuestras casas poniendo fin a la acampada inaugural de 2012 :)
By: Ana, después de mucho tiempo sin escribir :D
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